pinga

Sideral, cada vez me pongo mas furioso con esta incertidumbre, pero te voy avisando que si no realizas esta chocolatada acabare volviendome loco y cuando pierdo la cordura soy capaz de cometer cosas atroces. Ya he salido numerosas veces de prisión y no temo volver a ella. Solo te pido, te ruego e imploro que calmes la sed perturbadora de mi mente y me ofrezcas este pequeño evento que me recuerda los días que mi madre, luego de ser golpeada por mi padre me preparaba derramando lágrimas, un chocolate caliente por navidad y nos sentábamos los dos a escuchar como los vecinos festejaban con sus armoniosas familias, mientras que nosotros solo sufríamos.