Resulta un desafío plantearse destinar unas palabras procurando cierta objetividad ante una saga que se siente tan cercana a uno. Pero curiosamente, es probable que esa misma conversación es la que se plantearan Ron Gilbert y Dave Grossman a la hora de retomar las aventuras de Guybrush. Y he ahí una de las grandes virtudes del título: no sólo somos un jugador interactuando mecánicamente con un producto de software. Somos también un individuo en una charla directa con el alma que plasmaron sus creadores en cada uno de sus detalles. Lo que significó la saga para ellos a lo largo de los años, la industria de los videojuegos en sus constantes cambios, la vida adulta, los miedos, los sueños. las alegrías, las frustraciones.
Y siendo así, Return to Monkey Island pasa a ser el más autoconsciente y meta de todos. Sin olvidar ser un "Monkey Island" con todas las letras.

Y lo que comienza como pura nostalgia y una -agradable- vuelta a lugares comunes, lentamente va transformándose en algo más. Algo que probablemente quede arraigado en el pensamiento de quien llegue al final y se haya permitido saborearlo a fondo.

Técnicamente es casi impecable. No me detendré en opinar respecto al estilo gráfico, el cuál puede gustar o no. Lo cierto es que sin importar las elecciones que se hicieran, jamás iba a contentarse a todo el mundo. Por lo cuál celebro que sus creadores se hayan propuesto ser fieles a lo que querían, sabiendo lo que podía llegar a suceder en el camino.
El gameplay es a la vez clásico y moderno. Explorando algunas cuestiones que Gilbert ya proponía en "Thimbleweed Park", pero simplificando otras en el camino (atrás quedó el sistema Scumm por otro más conciso y ágil). Voice acting y música están a la altura, y el guión y puzzles muy bien cuidados (recomiendo encarecidamente jugar la versión "Hard", y con diálogos extendidos).

No profundizaré en detalles de la historia para no caer en el terreno de los spoilers. Solo diré que aplaudo las decisiones tomadas, aún cuando es claro que van a ser polémicas.
Ante todo, mi humilde consejo sería que puedan encarar el título dispuestos a sorprenderse, aún si eso signifique encontrarse con cosas que los tomen por sorpresa.

Ah, y POR FAVOR, una vez terminado...vuelvan a revisar el álbum de recortes.
Es allí donde reside la "frutillita de la torta".