Antes de nada tengo que decir que soy un ferviente amante del género de los matamarcianos, por lo que es posible que esta reseña pueda no ser totalmente imparcial... Estamos ante un matamarcianos de jugabilidad totalmente clásica: buen número de balas pero sin llegar ni mucho menos a un danmaku, y un sistema de puntuaciones basado en los enemigos que matas y los ítems que recoges al terminar con ellos (si bien, los bonus al terminar cada fase se incrementan por el número de bombas que te queden, y también si al conseguido completar la fase sin haber recibido ningún daño).

La ambientación es sobre todo aérea, con multitud de aviones enemigos a los que habrá que hacer frente, pero también tiene algunas fases con enemigos terrestres y navales, que hacen el juego algo más variado. Tiene un total de 9 fases, cada una con su respectivo jefe, aunque son bastante cortas. En total, una partida completando el juego durará unos 22 ó 23 minutos, lo cual se antoja un pelín escaso, teniendo en cuenta que muchos arcades ofrecían una duración habitual de unos 40 minutos.

He leído unas cuantas reseñas en las que se dice que el control de juego es muy malo, pero no estoy de acuerdo para nada. Debo decir que yo siempre utilizo un control de tipo arcade, concretamente el Hori RAP V3-SA, y sorprende que el juego lo detecta, puedo manejarme sin problemas por los menús, pero luego resulta que en la partida nuestro avión no se mueve con mi palanca. Así que he tenido que utilizar la magnífica herramienta Xpadder para asignar a mi palanca y botones las teclas del teclado que utiliza el juego. Una vez hecho eso, nuestro avión se controla francamente MUY BIEN, haciendo que uno pueda esquivar las balas de manera óptima y sin limitaciones. Por lo tanto, en lo que respecta al control, una de cal y otra de arena. Pero una vez superado este problema, el control resulta excelente, al igual que la detección de colisiones y el punto de impacto de nuestro avión: todo muy correcto.

El juego ofrece muchos aviones para poder controlar, aunque la mayoría de ellos están bloqueados al principio. Cada uno tiene unas características propias que harán que la dificultad aumente o disminuya sensiblemente. En ese sentido, el juego resulta variado. Además, dispone de numerosos logros, lo que alargará la vida del juego (que, como ya he mencionado antes, de por sí resulta muy corta).

A modo de conclusión, en general el juego no destaca por nada en particular, y aunque resulta divertido y sencillo de jugar, le falta alma y carisma... eso que sí tenían muchos arcades y que resulta tan complicado de conseguir hoy en día. No es un juego que sorprenda y te deje con la boca abierta, sencillamente cumple, pero sin más. Pero si te gustan los matamarcianos te divertirá jugarlo, aunque si estás acostumbrado a este género, te aconsejo que comiences desde el principio en el nivel de dificultad difícil, ya que en el normal resulta muy sencillo terminarlo. Le daría un 6/10 de nota.

Antes de nada tengo que decir que soy un ferviente amante del género de los matamarcianos, por lo que es posible que esta reseña pueda no ser totalmente imparcial... Estamos ante un matamarcianos de jugabilidad totalmente clásica: buen número de balas pero sin llegar ni mucho menos a un danmaku, y un sistema de puntuaciones basado en los enemigos que matas y los ítems que recoges al terminar con ellos (si bien, los bonus al terminar cada fase se incrementan por el número de bombas que te queden, y también si al conseguido completar la fase sin haber recibido ningún daño). La ambientación es sobre todo aérea, con multitud de aviones enemigos a los que habrá que hacer frente, pero también tiene algunas fases con enemigos terrestres y navales, que hacen el juego algo más variado. Tiene un total de 9 fases, cada una con su respectivo jefe, aunque son bastante cortas. En total, una partida completando el juego durará unos 22 ó 23 minutos, lo cual se antoja un pelín escaso, teniendo en cuenta que muchos arcades ofrecían una duración habitual de unos 40 minutos. He leído unas cuantas reseñas en las que se dice que el control de juego es muy malo, pero no estoy de acuerdo para nada. Debo decir que yo siempre utilizo un control de tipo arcade, concretamente el Hori RAP V3-SA, y sorprende que el juego lo detecta, puedo manejarme sin problemas por los menús, pero luego resulta que en la partida nuestro avión no se mueve con mi palanca. Así que he tenido que utilizar la magnífica herramienta Xpadder para asignar a mi palanca y botones las teclas del teclado que utiliza el juego. Una vez hecho eso, nuestro avión se controla francamente MUY BIEN, haciendo que uno pueda esquivar las balas de manera óptima y sin limitaciones. Por lo tanto, en lo que respecta al control, una de cal y otra de arena. Pero una vez superado este problema, el control resulta excelente, al igual que la detección de colisiones y el punto de impacto de nuestro avión: todo muy correcto. El juego ofrece muchos aviones para poder controlar, aunque la mayoría de ellos están bloqueados al principio. Cada uno tiene unas características propias que harán que la dificultad aumente o disminuya sensiblemente. En ese sentido, el juego resulta variado. Además, dispone de numerosos logros, lo que alargará la vida del juego (que, como ya he mencionado antes, de por sí resulta muy corta). A modo de conclusión, en general el juego no destaca por nada en particular, y aunque resulta divertido y sencillo de jugar, le falta alma y carisma... eso que sí tenían muchos arcades y que resulta tan complicado de conseguir hoy en día. No es un juego que sorprenda y te deje con la boca abierta, sencillamente cumple, pero sin más. Pero si te gustan los matamarcianos te divertirá jugarlo, aunque si estás acostumbrado a este género, te aconsejo que comiences desde el principio en el nivel de dificultad difícil, ya que en el normal resulta muy sencillo terminarlo. Le daría un 6/10 de nota.