Desde mi época de Gamecube no había vuelto a jugar un JRPG. Tengo recuerdos asombrosos de Secret of Mana, Chrono Trigger, Shinning Force y un poco más acá en el tiempo, de Skies of Arcadia. El estilo de estos juegos japoneses es muy diferente de los RPGs occidentales, y por mucho tiempo prefería un Mass Effect o Dragon Age a volver a jugar un JRPG. Lo interesante es que con los años, había olvidado los elementos de estos juegos que los hacían tan diferentes a los de occidente, y no es una cuestión de solo la dirección de arte. De verdad, los JRPGs se habían vuelto unos desconocidos para mi desde aquella época, y en estos años, aunque recordaba con cariño, no podía dar en el clavo porque aquellos juegos de antaño me parecían tan buenos.
Y decidí probar Tales of Berseria.
Yo no soy un fan de la serie de Tales, y como expliqué, no tengo muchos juegos JRPGs en mi haber de manera reciente, así que honestamente iba en blanco con Berseria. Lo elegí porque su arte me pareció interesante y porque leí por ahí que el sistema de combate era entretenido.
Y Berseria fue el juego que me hizo revivir aquella época que había olvidado.
Yo sé que no es un juego nuevo, y que es un port de un juego de consola. Pero poco me importa. Berseria se luce en lo que los JPRGs se debrían lucir.
1. Acostumbrado a equipos enormes de personajes como Mass Effect y Dragon Age, al inicio me sentí mal de que el equipo en Berseria fuera solo de 6 personajes. Que equivocado estaba. Los personajes de Berseria son excelentes, muy bien caracterizados y con personalidades cada una particular que enriquecen la historia. Berseria se toma el tiempo para que conozcamos y amemos/odiemos a los personajes.
2. Excelente trabajo de los actores de voz en inglés. Berseria se siente profesional en todo sentido, no solo las impecables voces de los personajes principales, sino todas las de los villanos e incluso la de pobladores de los pueblos. A diferencia de otros RPGs, Berseria no cuenta con grandes cinemáticos, y más bien depende su éxito en gran parte a la veracidad e intensidad que le den los actores de voz, y aquí triunfa el juego.
3. Aunque mencioné que no tiene muchos cinematics (de hecho son pocos los que he visto), la realidad es que la forma en que presenta las conversaciones como un comic o manga es muy bien logrado y le da una muy buena presentación a los personajes.
4. El sistema de combate es complejo pero sencillo de aprender. El jugador por lo general se centrará en utilizar a Velvet, el personaje principal, mientras los demás funcionan por medio de una inteligncia artificial. Esto hace sentir que no controlo a la partida de personajes de forma completa, pero eso ya era algo que otros juegos hacían, y aquí no se siente tan mal. Los personajes combinan ataques dependiendo de la cadena de botones presionados en el control, y esto genera un despligue que golpes que es muy entretenido. Como todo RPG, el combate puede volverse tedioso, pero en Berseria, el ritmo entre combate y avanzar la historia parece el justo.
5. Creo que el elemento que más me gusta es la historia. Es suficientemente melodramática como para causar respuestas emocionales en el jugador si este se lo permite, y los personajes, condenados como los malos de la historia, no pierden nunca el sentido del humor ni el sentido de la aventura. De esta forma, aunque los personajes son "los malos", sus hazañas se siente épicas como si fuera un anime. Esa sensación de mezcla de emociones, humor e ideas descabelladas acerca de un evento catastrófico, no es una mezcla que sea novedosa en Berseria si la analizamos antes series animadas japonesas, pero Berseria maneja una mezcla lo suficientmente interesante como para querer seguir jugando.

El juego no es perfecto, evidentemente. Los gráficos ya se ven viejitos en comparación con juegos más modernos (aunque el juego corre super bien en computadora), la banda sonora no es muy sobresaliente, y a muchos podría no agradarles el estilo tan "animé" de los personajes y de la historia,

Pero para mi, el juego es excelente. Es lo que esperabam sobre todo porque me hizo recordar lo fascinantemente entretenidos que son los JRPGs y los mil y un detalles pequeños en los que se diferencian de los RPGs occidentales.