Lucius es un niño cabezón normal que el día de su cumpleaños en vez de pedir una XBbox pide una audiencia con Satán, vamos lo normal para un niño. Entonces Satán le dice que el cabezón no se lo puede arreglar, pero que tiene talento para los asuntos del matar y que le empiece a dar uso.

El niño entonces se viene arriba y empieza a dar vueltas por la casa buscando gente con la que jugar al "tú vives tú mueres" y la primera a la que se encuentra es a la criada, que es la típica vieja que va buscando que le pegen un susto. Entonces aprovechando un descuido el niño cabezón la mete en la cámara frigorífica (¿quién no tiene una en su casa, verdad?), le cierra la puerta y le pone el termostato fresquito. Para que no se escape, como es normal, le coloca un candado en la puerta.

El demonio entonces le dice: "tu talento, niño cabezón, es como el arte moderno, es una maravilla pero la gente no lo va a entender, así que si no quieres acabar anca preso vete y esconde el candado antes de que amanezca". Aprendido así el bello arte de esconder las pruebas Lucius decide que le gusta la sangrecilla y que quiere más.

Es un juego gracioso porque ves como un niño cabezón repeinado y con chaleco que no llega al metro veinte va matando gente en la casa de sus padres (que no es precisamente un piso de 30 metros cuadrados) armado con sus poderes infernales y su mala hostia su inocencia infantil.

La jugabilidad es una auténtica lástima, pero si lo pillas de rebajas te puedes echar unas risas. Si lo compras fuera de temporada y lo pagas a precio completo los que se echan unas risas a tu costa son los desarrolladores.